Halong Bay es probablemente el destino turístico más demandado de Vietnam. Fue declarado patrimonio de la humanidad en 1994 y nombrada una de las siete maravillas naturales en 2011.
El problema de que algo se vuelva tan turístico en un lugar como Vietnam es que todos quieren tomar parte del dinero de los turistas y es más fácil encontrarte narraciones de malas experiencias en internet del viaje a la bahía Halong que de sus increíbles paisajes. Y cuando digo malas experiencias hablo de verdaderas historias de terror, si no fuera demasiado elaborado, pensaría que es una estrategia de marketing para que todos los turistas busquen una buena agencia y no traten de ahorrarse dinero, pero no, ya estuve ahí y ví que efectivamente hay cientos de pequeñas agencias vendiendo tours excesivamente baratos a incautos turistas confiados.
Les dejo dos ejemplos por si les da morbo saber de que hablo.
https://viajandoporahi.com/halong-bay-tour-lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo/
http://trajinandoporelmundo.com/halong-bay-vietnam-consejos-estafa/
Nuestra experiencia.
Como les comenté en nuestro post de Sa Pa la agencia con la que contratamos nuestro tour se portó increíble con nosotros, dormimos dos noches en el crucero e hicimos bastantes actividades, pero no me adelanto, vamos por partes.
La agencia.
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El viaje.
Entrando ahora sí en nuestro maravilloso viaje. Halong Bay está a unas cuatro horas de Hanoi.
La traducción de Halong es «dragón descendiente», según la leyenda, para defenderse de los invasores chinos un antiguo emperador pidió a dragones celestiales ayuda, estos escupieron joyas sobre el mar que se convirtieron en la bahía llena de islas con las que los invasores chocaron y que ahora se encuentra ahí para deleite de la humanidad.
Nuestro crucero llamado Viola era un pequeño barco con muy buenas calificaciones en Tripadvisor y el camarote en el que pasaríamos las siguientes dos noches era bastante cómodo. Para conocer Halong bay en barco hay opción de un día, dos días y una noche y la que nosotros decidimos hacer, tres días y dos noches, definitivamente recomendable.
Nuestro guía se llamaba Hoi, y nos comentó que sus colegas le dicen «lucky» Hoi, ya que su suerte es bastante envidiada, según él, con su compañía teníamos garantizado un buen viaje y días despejados en la bahía; algo que agradecer, ya que su caprichoso clima lleno de bruma a veces complica bastante la vista de los paisajes (te puedes encontrar varias opiniones de gente quejándose del clima, como si estuviera bajo el control de los operadores de cruceros). Lucky Hoi no mintió, nuestro clima fue insuperable.
La primera actividad fue conocer el pueblo flotante de pescadores donde también se cultivan perlas, lo hicimos a bordo de una balsa de bambú, según nos contaron estos pueblos flotantes han ido desapareciendo porque el gobierno de Vietnam se ha preocupado por la falta de condiciones mínimas para sus habitantes, además de que para conservar su estado de patrimonio de la humanidad ante UNESCO debe asegurarse que la intervención humana no daña el ecosistema. Así que está «aldea flotante» es muy pequeña, pero la granja de perlas que tienen ahí es una actividad turística importante para los lugareños.
Tuvimos un tiempo para detenernos en una playa y quién quisiera podía meterse al mar, parecía bastante frío como para hacerme el fuerte así que decidimos quedarnos a disfrutar las vistas, ahí tuvimos la oportunidad de encontrarnos con unos amigos de Guadalajara que nos acompañaron intermitentemente desde el trámite de nuestra visa en el aeropuerto hasta casi el momento de irnos, nos compartieron algunas de sus experiencias trabajando en Nueva Zelanda, saludos Kari y Fabián, esperamos verlos de nuevo.
Después del pequeño paseo, regresamos al crucero donde nos ofrecieron una copa de vino para disfrutar el atardecer, debo decir que en este viaje he visto unos atardeceres increíbles, pero sin duda las dos tardes que nos tocaron a bordo del barco en la bahía Halong nos brindaron algo inolvidable, ese dragón que vive bajo el agua aún tiene fuego en sus entrañas.
Disfrutamos el atardecer y podría decir que disfruté mi copa de vino, pero no lo haré hasta que patente mi increíble diseño.
Al siguiente día las actividades comenzaban con una clase de Tai Chi en la que no participamos, ya que preferimos dormir un poco más.
Nos llevaron a un segundo barco que sirve para base de operaciones del segundo día, nos adentramos aún más en la bahía y eso sirvió para darnos cuenta de la dimensión de esta maravilla natural. En esta parte de la bahía hicimos una hora de kayak y nos echamos en la arena a admirar largamente los paisajes que nos ofrecía está tarde.
Regresamos al barco para disfrutar la cena e hicimos grupo con una pareja de ingleses y otra de holandeses, con los que pasamos un excelente rato hablando de todo y de nada hasta la media noche, como nos pusimos como posibilidad hacer Tai Chi en la siguiente mañana nos fuimos a dormir a media noche.
Fallamos. Nada de Tai Chi, pero un excelente descanso, la siguiente mañana nos llevaron a conocer la cueva Hang Sung Sot donde nos volvieron a explicar el origen de Halong Bay y nos dijeron que cualquiera que sea la historia o leyenda detrás de aquella maravilla lo importante es el esfuerzo de conservación que se está haciendo en el área, según nuestro nuevo guía el número de islas es variable según la marea y es por eso que se pueden encontrar diferentes cifras según la fuente que se consulte, pero en el área hay más de dos mil islas que dan estás vistas tan increíbles.
En el camino de vuelta a tierra quedaba una actividad pendiente: clase de cocina, explicación de cómo hacer rollos primavera frescos, nada del otro mundo, tomas la hoja de arroz, la rellenas de comida, la enrollas y la comes. Et Voilà!
Las comidas en el crucero son muy abundantes y con bastante variedad, al inicio nos preguntaron si preferíamos comida vegetariana y nos sirvieron todo el viaje una cantidad ingente de platillos muy ricos sin carne.
La experiencia fue totalmente recomendable.
Moraleja.
A lo largo del viaje he visto muchos viajeros intentando ahorrar cayendo en lo absurdo, los blogueros invitan a que regatées en Vietnam para no quedar como tonto, y en alguna retorcida manera tiene sentido, pero vienen a un país donde la gente no vive precisamente en abundancia a querer bajar los precios de lo que compran. Entiendo que a veces los precios son muy inflados, pero no creo que haga ninguna diferencia a los viajeros europeos regatear un euro o dos, lo que para los vendedores sí es una cifra significativa. Apoyar las economías locales también es parte del turismo responsable. Sin ir más lejos hace un par de días vimos a dos chicas intentando que las llevarán a su hotel por 70 centavos de euro y haciéndose las ofendidas cuando les pedían algo así como 4 euros por las dos, me parece indignante.
Vietnam no es un país particularmente caro y hay maneras de ahorrar, por ejemplo nuestros alojamientos en Hanoi nos costaron 3 dólares por día, por persona, en tres diferentes hostales, incluían desayuno y una hora de barra libre de cerveza al día, por supuesto que el precio fue muy bien aprovechado por nosotros. Estoy hablando de hostales limpios, con buena ubicación e internet incluído. Aprovechando la oferta del día de Booking puedes encontrar cosas muy baratas.
Sean responsables con sus viajes, si quieren regatear está bien, pero que sea un precio justo, recuerden apoyar la economía local.
Chris.