La salida en el aeropuerto de Sapporo fue algo divertido. Primero ver a los encargados de mostrador de aerolínea viendo nuestros pasaportes e investigando que debían hacer con estos mexicanos que salen del festival de nieve a la sede de las olimpiadas de invierno.
¿Necesitaran visa?
¿Dicen que tienen dos apellidos?
Su nombre completo no cabe en el boleto así que se lo completaremos a mano.
Llegamos de noche a Corea del sur. Un vuelo que me resultó cortísimo porque caí dormido de inicio hasta que casi estábamos llegando.
La primera impresión de Seúl fue aérea. Su extensión era impresionante, el avión volaba y volaba y la ciudad seguía, algo que me recordó mucho a la ciudad de México, de repente sentí que estaba llegando a casa.
Pero no.
Al bajar del avión nos fuimos en metro a nuestro hostal. Algo para resaltar de Seúl es lo increíblemente barato que es el alojamiento. Nos quedamos en una habitación de hostal con dos camas individuales por dos mil quinientos pesos por cinco noches (y había más baratos). Una maravilla con baño y cocina compartidas.
A pesar de ser un poco tarde vimos que había mucha vida nocturna, hicimos check in y salimos a buscar algo de comer, y sí, literalmente comimos «algo». No estoy muy seguro de que era.
La cara de incertidumbre de Sandy lo explica todo.
En este periodo de viaje he aprendido a comprobar algunos refranes.
Comprobé que efectivamente una imagen dice más que mil palabras, sobre todo si esas palabras son un idioma del que no tienes ni idea de cómo leer, aún así, el ver la foto de la comida no te ayuda con el sabor y te puedes llegar a encontrar con platillos realmente extraños y no precisamente sabrosos. Así, a la mala, entendí que no siempre de la vista nace el amor.
A dormir que mañana hay que comenzar con Seúl.
No me avergüenza decir que lo único que conocía de Corea del sur es que albergaron unas olimpiadas en 1988, un mundial en conjunto con Japón en 2002 y que fueron los creadores del Gangnam Style… Bueno también se como es su bandera.
Changgyeonggung / Changdeokgung
Esa mañana caminamos menos de un kilómetro desde nuestro hostal para llegar al palacio Changgyeonggung, originalmente construido en 1484.
A un lado del anterior se encuentra el palacio Changdeokgung (favor de no confundirlos). Uno de los más grandes palacios de Corea que fue construido inicialmente en 1405. Es un lugar que te quita el aliento, un enorme complejo con construcciones imponentes.
El verde y el rojo son los protagonistas de estos enormes palacios por cuyos corredores y pasadizos nos pasamos casi dos horas caminando. Un lugar absolutamente imperdible para tu viaje en Seúl.
Saliendo de los palacios nos seguimos con las recomendaciones del mapa que nos dieron un día anterior en información turística.
Santuario Jongmyo
Este Santuario, a diferencia de todos los que vimos en Japón es de ideologías confucianistas.
Voy a intentar hacer un breve y superficial resumen, pero lo mejor será que si les interesa se echen un clavado en fuentes más fidedignas, ya que como nos explicó la guía del santuario.
Confucianism is very confusing.
O en español «el confucianismo es muy confuso» .
Una de las principales virtudes de la doctrina de Confucio es que se centra en la armonía cósmica. Los humanos debemos estar en armonía con nuestro entorno para evitar consecuencias negativas, además promueve la buena conducta en la vida, la introspección, meditación y estudio como virtudes para convertirse en un mejor ser.
Dentro de sus enseñanzas es muy importante el respeto y la veneración a los antepasados y es por esta razón que este santuario está aquí.
Esta dedicado a la memoria de los reyes y reinas coreanos de la antigüedad. Nuestra guía nos regala una frase para atesorar.
Debemos venerar y recordar a nuestros antepasados, ya que, gracias a ellos estamos aquí, nuestros logros son suyos también…
A lo largo del lugar se extiende un camino de adoquín dividido en tres partes. Este recorrido tiene una división especial para que los espíritus caminen libremente en su espacio y así te lo hacen saber las indicaciones del lugar.
Un lugar muy espiritual, sin darnos cuenta acabábamos de ver dos patrimonios de la humanidad declarados por UNESCO en unas horas.
Templo Jogyesa
A unos kilómetros del santuario y después de pasar por algunos de los puntos que marcaba el mapa llegamos a este templo budista.
Al igual que otras religiones el budismo tiene diferentes acepciones y este templo es el principal templo de budismo zen en Corea.
Tal vez piensen que después de haber estado en Japón y ver tantos templos ya estaría a estas alturas aburrido, pero si así lo hicieran, estarían completamente equivocados.
Además de la calma y religiosidad, es como si cada templo tuviera una personalidad diferente. No sé muy bien cómo explicarlo, pero así es.
Este templo en particular, tiene tres imágenes de Buda doradas en meditación, y como se nos está haciendo costumbre nos acomodamos muchos minutos a contemplarlos y meditar a nuestra manera. Por mi parte realicé introspección de nuestro viaje. El olor a incienso me tranquiliza y algo tienen esas grandes estatuas con gesto de tranquilidad que me ayudan a pensar claramente. Un gran lugar para resguardarse además de los menos siete grados que había en la calle.
Miraba a los lados a los coreanos rezar y meditar, todos intentando alcanzar un estado de consciencia más allá de lo que somos. Todos queriendo ser plenos. Mientras yo pensaba en todo que había visto ¡Qué buen momento para estar aquí!
Al salir del templo, pasamos por algunos otros lugares de interés y la noche se nos acercaba peligrosamente así que volvimos a casa muy atentos de lo que se nos pudiera cruzar
Aún hay mucho Seúl por conocer y nosotros tenemos que descansar de vez en cuando…
Continuará…
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