Después de comer en el mercado echamos una buena caminata para bajar la comida y nos dirigimos al distrito de Shibuya a buscar la estatua de Hachiko (Si no conoces la historia de Hachiko ve por un Kleenex).
Shibuya
Afuera de la estación de trenes Shibuya se encuentra la estatua de un perro Akita sentado, su nombre es Hachiko y su historia va más o menos así:
Hachiko era el fiel perro de un profesor de universidad que diariamente viajaba en tren de su casa cerca de Shibuya a la universidad de Tokio. Todos los días Hachiko acompañaba por las mañanas a su humano a la estación y al final del día volvía al mismo lugar a recibirlo, hasta que un día por causas naturales el profesor murió en la universidad y jamás volvió.
Como su dueño no llegó, Hachiko se quedó a esperarlo en la estación 9 años hasta que finalmente murió, dando una muestra de la inquebrantable fidelidad canina. Es por eso que los lugareños le hicieron está estatua y un memorial en el lugar. Cualquiera que lea o escuché algo así, pensaría que es una leyenda, pero es una historia real, tanto que el cuerpo de Hachiko fue disecado y puede verse en un museo.
Después de echar lagrimita Remy unos minutos, nos adentramos en el cruce de Shibuya que se hizo internacionalmente famoso en la película Lost in translation. El sitio es un perfecto ejemplo del caos ordenado que reina por toda la ciudad, puedes ver muchos turistas que, como nosotros, miran curiosos a la gente local en su ritmo de vida acelerado y algunos locales tomando fotos de los turistas mirando locales acelerados… o algo así.
El barrio es simplemente alucinante, una mezcla de luces LED, pantallas gigantes altavoces con música increíblemente divertida, cada local es una excentricidad nueva. Puedes caminar horas sin perder la cara de incredulidad. Nos metimos a un lugar de máquinas de balines que se llama Rakuen, ruido, apuestas, 7 enormes pisos de maquinitas. ¡GENIAL!
Al salir de ahí, un poco desorientado y sordo por tantas estimulaciones audiovisuales nos fuimos al Kabukicho que es el barrio rojo de Tokio.
Kabukicho
Jamás había escuchado nada de este barrio y no sabía que esperar. Pero nuevamente Tokio me sorprendió. Estaba casi seguro de que no encontraría algo más irreal que el barrio de Shibuya cuando el Encontramos lo que debe ser el lugar más cool del universo: el ROBOTO RESTAURANT!!
No entramos porque sencillamente no creo estar preparado para un lugar tan chingón, desafortunadamente el vídeo no salió muy bien, pero solo échenle un ojo en Google. ¡Increíble!
La noche estaba cayendo y el hambre apretando así que comenzamos a buscar el de cenar y nos olvidamos un poco del loquísimo entorno para concentrarnos en la búsqueda de comida, pero en Tokio no puedes ignorar el entorno, en un momento miré hacia arriba y me encontré a Godzilla mirándonos. ¿Qué? Sí, leíste bien. Godzilla mirándonos ¿Dónde más podría ser?
¡Tokio, inspiras!
Continuará…
Chris