El día de ayer fue bastante cansado pero a la vez muy divertido, me recordó a los días cuando era niño y estaba exhausto pero quería seguir jugando.
Estoy sorprendido en todos los sentidos de Tokio, mis expectativas y la realidad han sido muy diferentes en todas las maneras posibles. Siempre había imaginado que es una ciudad moderna como muchas metrópolis que he conocido, y pensaba que lo que había llegado a mis ojos por películas o series era una exageración de la ciudad.
La ciudad está llena de luz y sonido de un modo que muy seguramente no conseguiré explicar en letras y las fotos tampoco creo que harán justicia, pero vamos por partes.
Recorrido.
Palacio Imperial.
Después de despertar e ir a correr nos dirigimos al palacio imperial. El acceso está restringido a la parte interna en visitas «guiadas» a las 9 AM. Nosotros no pudimos pasar a esa parte, pero por lo que hemos investigado no nos perdimos de mucho, sin embargo, paseamos en los jardines que sí se encuentran abiertos al público.
Ginza
Desde el palacio imperial hicimos una larga caminata de unos cincuenta minutos hasta el mercado de pescados de Tsukiji hay que aprovechar que vamos empezando el viaje y que aún tenemos piernas.
En el camino al mercado pasamos por el barrio Ginza que es conocido por albergar almacenes de marca y ser un distrito de «abolengo». Ahí se encuentra el teatro Kabuki-za que según ellos mismos. Es el único teatro Kabuki del mundo y es muy bonito.
A unos metros del teatro se encuentra el mercado de pescado un lugar muy pintoresco y turístico pero que tiene mucha vida local. Comimos ahí, diría que estuvo riquísimo, pero sinceramente jamás he tenido paladar para los productos maritimos, así que diré que estuvo muy interesante.
Continuará…
Chris.