Después de dos Uber, un avión, un tren y un par de estaciones de metro logramos llegar a la habitación de AIRBNB a 28 horas de haber salido de casa.
El vuelo no estuvo nada mal. La persona al lado de Sandy se cambió de lugar y corrimos con suerte de poder utilizar ese espacio para poder venir cómodos. Me pareció poético llegar al amanecer y ver el cielo anaranjado segundos antes de aterrizar en este país al que muchos nombran como el del sol naciente.
Una vez que bajamos del avión no había nada de gente en migración y nuestras maletas salieron realmente rápido.
Estábamos buscando donde cambiar el Japan Rail Pass a menos de una hora de haber aterrizado y unos 10 minutos después de que nos entregaron el pase, tomamos el tren de poco menos de dos horas para llegar a Tokio.
Como el check-in no lo podíamos hacer hasta las 15:00 y llegamos poco después de las nueve a Shinjuku nos dimos el tiempo para dar un rol. Dejamos las maletas en unos lockers de la estación y salimos a conocer la zona.
Cómo siempre que visitamos un lugar, nos dimos una vuelta por información turística, donde en un muy buen inglés nos ayudaron con las opciones en Tokio. Salimos de ahí cargados con mapita, guía de la ciudad y destino para pasar el tiempo antes del check in.
Comimos en una sitio local y nos fuimos al jardín nacional Shinjuku Gyoen donde estuvimos caminando hasta que el tiempo transcurrió. Disfrutamos el frío que es bastante pero nada alarmante por el momento y la tranquilidad del parque en invierno. Esperamos volver a verlo en Abril para notar la diferencia.
El camino de Shinjuku a la habitación lo hicimos en metro. Un par de estaciones después y con una caminata de 10 minutos llegamos al destino.
Debo decir que jamás había recibido unas indicaciones tan detalladamente gráficas de cómo llegar a un lugar,(excepto por los cumpleaños de Sandy; chiste local para quien haya ido a una en el Ajusco), se nota que los administradores de este Guesthouse han tenido muchas personas perdidas y eso ha logrado que sean muy efectivos con sus instrucciones.
Llegamos, nos acostamos en el piso y escribo esto desde la comodidad de nuestras colchonetas mientras Sandy toma una siesta antes de salir a buscar comida. El golpeteo del agua de lluvia en las ventanas es casi hipnótico y la habitación tiene una tenue iluminación así que dormir no será nada difícil.
Escribiremos más y prometo actualizar con listas de precios.
Chris
sonbienvagos 